Como trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es multicausal y abarca a todos los ámbitos de la vida es necesario que se traten las diferentes áreas por separado, así la persona con TCA irá trabajando simultáneamente la parte psicológica, nutricional y psiquiátrica (en caso de necesitarla), lo que ayudará satisfactoriamente a la evolución de la enfermedad.
Es importante que los diferentes profesionales que tratan al paciente estén en comunicación y trabajen en la misma línea.
Lo más importante es que el paciente venga a la consulta de nutrición de forma voluntaria y no obligado por familia u otros profesionales, así estará preparado para iniciar un cambio de hábitos. En relación a esto la motivación y la consciencia de enfermedad son clave para poder avanzar con el tratamiento.
En algunas ocasiones, durante el tratamiento nutricional el paciente puede perder su motivación o se da cuenta que aún no está preparado para cambiar ciertas prácticas, lo mejor en éstos casos en parar la terapia nutricional y retomarla más adelante.
Como nutricionista tengo que saber escuchar la preocupación por el cuerpo, incluso aunque la persona esté en normopeso, pues puede condicionar completamente su estado anímico y sus hábitos. Siempre transmito que para encontrase mejor con su cuerpo es necesario alimentarse de forma sana y eliminar paulatinamente algunas prácticas nocivas, de esta forma disminuirá la ansiedad y la distorsión de su imagen corporal, teniendo como objetivo la aceptación del cuerpo.
Las personas que padecen un TCA olvidan cómo comer, olvidan sus gustos, olvidan lo que es una ración normal, olvidan qué alimentos conviene tomar en menor o mayor cantidad….y confunden la información fiable de la no fiable, por lo que tiene instaurado unas creencias sobre la nutrición en su mayor parte erróneas que mantienen la enfermedad.
En la consulta se habla sobre los efectos físicos de ciertas prácticas, sobre el funcionamiento del metabolismo, sobre la pirámide nutricional, etc de esta forma el paciente va cambiando ciertas ideas y será más fácil cambiar algunos hábitos.
El objetivo final es ayudar al paciente a encontrar su identidad alimentaria y que se sienta a gusto con lo que come y con su cuerpo.
El alta se da cuando el paciente es capaz de llevar su propio menú saludable adaptado a sus necesidades y gustos, y no existe peligro nutricional, es decir tiene un IMC óptimo y no hay atracones ni conductas compensatorias.
Judit Lopez Izquierdo (Tlf: 637142847)
Nutricionista especializada en trastornos alimentarios