Los trastornos adictivos a sustancias (alcohol, cocaina, cannabinoides, drogas de diseño, medicamentos, etc) y las adicciones sin sustancias (teléfono movil, internet, compras, juego, sexo, etc) tienen puntos en común como pueden ser:
- Tolerancia (necesitar cada vez más)
- Dependencia (necesitar el consumo para poder evitar los efectos indeseables de su abstinencia)
- Pérdida de control y cambios de humor
- Interferencia con otros aspectos de la vida (laboral, familiar, sentimental, social, salud, etc)
Aunque inicialmente los consumos en algunos casos pueden tener un caracter recreativo o de aceptación social, más adelante (dependiendo de los factores de protección que pueda tener la persona) pierde este caracter para pasar a tener un caracter destructivo e incapacitante para la persona una vez que ya ha pasado de los consumos esporádicos a la adicción, convirtiendo el consumo en el centro de los esfuerzos de la persona, dando lugar a pérdida de amistades, dificultades familiares, pérdida de trabajo, etc.
Un buen tratamiento psicológico pasa por hacer un trabajo previo acerca de la motivación a cambiar, puesto que en muchos casos la persona con la adicción no considera tener un problema o considera que los prejuicios de los consumos son menores que los beneficios. Una vez que hemos conseguido una buena motivación al cambio el siguiente paso es intentar comprender cual es la función que ocupa la parte adicta dentro del paciente. Por ejemplo, muchas personas recurren a los consumos no solo para evitar el malestar del no consumo, sino para evitar o paliar un malestar emocional (tristeza, sensación de vacio, incertidumbre hacia el futuro, aburrimiento, etc). En estos casos los consumos están realizando una función de reguladores emocionales, con lo cual hay que dotar a la persona de estrategias propias de autoregulación para sacar la parte funcional de los consumos de su vida.
Muchos de los consumos pueden venir motivados por una historia de vida dificil en el pasado que de forma inconsciente mantienen un malestar presente. Reprocesar con el abordaje EMDR esos sucesos vitales pasados da lugar al alivio presente y a que la persona vaya regulandose emocionalmente de una forma más adaptativa sin tener que recurrir a los consumos de sus adicciones.